A veces viajando por Colombia no sé si soy privilegiada por el acceso que tengo a los recursos, como en la salida a Zipacón donde pudimos tocar pinturas rupestres o si por el contrario debo escandalizarme por la falta de reglamentación y ejecución de controles en materia turística.
En mi último viaje tuve la oportunidad de visitar el Amazonas, un lugar mágico y de triple frontera con brasil y Perú. Para una de las expediciones que hice nos embarcamos con un guía selva abajo en territorio peruano con quien contactamos en Leticia. La experiencia fue increíble, por lo mismo que el turismo esta mucho menos ordenado que en la parte Colombiana fue una experiencia más virgen, si se puede decir así. Sin embargo desde que empezó el viaje sufrí bastante con algún manejo.
Para empezar el primer momento de sufrimiento lo tuve cuando estábamos viendo osos perezosos. Primero todo estaba bien desde el bote tomábamos fotos, pero de repente el guía se subió en un árbol y arrastro uno de los osos al bote, para que pudiéramos tomar fotos. El pobre oso se sujetaba de cuanta rama hubiera y tenia miedo sin dudarlo. Al final por supuesto lo soltaron de nuevo en un árbol. No sé que efecto tenga sobre el oso pero no creo que sea positivo y si con cada grupo de turistas se hace lo mismo deben tener mucho miedo a los humanos. También tengo que decir que la expedición en la noche a «cazar» caimanes produce el mismo efecto en los animales, aunque estos si que se puedan defender.
Proseguimos nuestro viaje, de repente entramos en un poblado indígena, quienes en esta época debido a las lluvias y creciente del río, tienen sus casas en medio del río y por consiguiente con el bote podíamos llegar a cada una de las casas. Así el guía nos llevaba por las casas para que tomáramos fotos. Me sentí tan mal, como si estos niños, hombres y mujeres fueran animales en un zoológico. No me imagino que los turistas lleguen hasta mi casa a tomar fotos, a cualquier hora del día sin importar y sin respeto de lo que yo este haciendo.
El último día que estuve en la parte peruana de la selva fuimos a pescar pirañas. Las pirañas no están en la parte amplia del río por que son de aguas estancadas y para llegar se debe entrar por la selva hasta aguas sin corriente. Nuestro guía estaba en la parte delantera del bote y con su machete iba abriendo camino sin reparo, tanto a la entrada como a la salida. Entiendo que la selva es grande y que aquí es normal abrir camino con machete (mi padre lo ha hecho en la finca), pero estamos en derecho de cortar arboles a diestra y siniestra para cada grupo de turistas? Nuestro guía fue un hombre genial, quien nos enseño muchas cosas y conocía perfectamente bien la selva, pero creo que el como muchos creen que el turista esta por encima de la naturaleza y la selva.
Como les contaba esta semana en otro post, la experiencia del Amazonas fue genial, pero qué responsabilidad tenemos como turistas y como parte del sector turístico para que no sucedan cosas como estas? Es cuestión de educación para los guías, comunidades locales y turistas?
Un saludo
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