Una de las cosas que más me gusta de viajar, es cuando, todos los estímulos externos del entorno generan espacios para la reflexión. El pasado sábado, un día después de mi llegada a Colorado, intenté escalar una montaña de 14.460 pies: Mount Elbert.
Como ven en el vídeo no llegue a la cima, a los 13.000 pies estaba agotada, había caminado 3 horas y subido 3.000 pies. Obviamente los últimos 1000 pies fueron muy duros, casi no podía respirar, y lo único en lo que me concentraba era en la cima pensando que no podía parar hasta llegar allá.
Pero cuando, realmente me ahogaba y mi corazón no aguantaba más, recordé algo que me dijo un amigo hace poco «Life’s a Journey not a Destination» (La vida es el camino, no el destino) y fue cuando di la vuelta. Pero entonces, en vez de sentirme decepcionada, lo que sentí fue asombro, por ver todo el camino que había recorrido y también porque pude disfrutar de uno de los paisajes más lindos que he visto.
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- Top of Mount Elbert
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- Mount Massive visto desde Mount Elbert
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- The Rocky Mountains
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- Uno de los Twin Lakes
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- A 12.000 pies esta la Tree Line, donde los arboles dejan de crecer.
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- Bosque de pinos.
Obviamente este post no es de turismo y marketing ni redes sociales, pero creo que si podemos aplicar mi pequeña historia a nuestra vida personal y laboral. Muchas veces, estamos pensando en el próximo trabajo o proyecto y no tomamos tiempo para sentirnos orgullosos del camino que hemos recorrido, a punta de esfuerzos, ni disfrutamos de la posición actual en la que estamos.
Igual, para hablar un poquito de tech, les cuento que todo el camino tuvimos conexión 3G, con lo cual quede muy impresionada.
Por supuesto no me doy por vencida, estas próximas semanas entrenaré para tener resistencia y volveré intentar escalar un fourteener 😉 ya les contaré.
un saludo
Corrección, me dice mi trainer, Sonja, que la primera foto no es la cima, sino un fake peak, que después de ese hay otro de 700 pies :S
Turismo, Marketing & Redes Sociales 
¡Enhorabuena Annie! Precioso lugar. Un poquito de montaña y escalada nunca viene mal para el camino y para cargar fuerzas.
Gracias guapa, a ver si al final del entrenamiento lo hago de nuevo.
Un saludo